L. Ronald Hubbard sostuvo durante mucho tiempo que la libertad espiritual contribuye a la creencia en la hermandad del Hombre y al mismo tiempo proviene de ella. Es precisamente con este punto de vista que el Sr. Miscavige ha encabezado los programas humanitarios globales, incluyendo La Verdad Sobre las Drogas, una de las campañas no gubernamentales de educación y prevención de drogas más grandes del mundo; la campaña mundial de educación acerca de los derechos humanos patrocinada por la Iglesia, que promueve los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Programa de Ministros Voluntarios de Scientology que proveen ayuda en los desastres en cada rincón del mundo.
Para satisfacer la abrumadora demanda por estos programas, el Sr. Miscavige supervisó el establecimiento del Centro de Diseminación y Distribución de Scientology. Este proporciona materiales informativos y didácticos de las iniciativas humanitarias patrocinadas por la Iglesia, todos los cuales se hacen disponibles de forma gratuita en más de una docena de idiomas.
De esta, y un sinnúmero de otras formas, el Sr. Miscavige está realizando la intención de L. Ronald Hubbard de proporcionar la ayuda a gran escala que tan urgentemente necesita la Humanidad. En el proceso, él ha proporcionado las iniciativas humanitarias a nivel mundial que los Scientologists están inmensamente orgullosos de apoyar.
Es la adhesión inquebrantable del Sr. Miscavige a la visión de L. Ronald Hubbard lo que ha impulsado Scientology tan lejos y tan rápidamente, en tan solo un cuarto de siglo. Y es lo que continuará garantizando el crecimiento de esta religión y lo que finalmente traerá consigo un mundo donde todos puedan subir a alturas mayores.
Ese era el sueño de L. Ronald Hubbard y esa es la labor de David Miscavige.